Inspiración - Apuntes

Contar una historia con la Fotografía.

No siempre se está inspirado para hacer fotos y necesitamos buscar referencias. La idea ya la tenia desde el año pasado y de hecho tenía una localización para realizar la serie de Árida pero  ésta me pillaba un poco lejos y no tenía el tiempo suficiente para desplazarnos y hacer las fotos, hasta que este año por suerte tenía la localización aquí muy cerca de casa y pude desarrollar la historia de Árida.

Siempre necesitamos inspirarnos en alguien o algo. Siempre cuando empezamos ha hacer fotografía imitamos a grandes fotógrafos, eso nos pasa a todos. Y no quiere decir que sea bueno o malo el imitar pero, llega un momento que tienes que dar un paso más y buscar, buscar, estudiar, pensar y para mí, fundamental el premeditar, el tener la foto en la cabeza. Tener una localización y pensar como quiero yo la foto ahí en ese lugar. Contar mi historia.  

Como siempre digo me gusta ser purista y me interesa mucho la composición. Un asignatura que no se aprende sólo con esa famosa doctrina que cada vez que buscas la palabra composición nos sale "regla de los tercios". Que no.., hay mucho más... 

Mi fuente de inspiración para contar la historia de Árida, de esa chica sola en un mundo consumido, me vino al estudiar, investigar y leer sobre composición. Y sobre composición saben mucho los grandes Pintores, como al que llamaban el pintor del pueblo. Andrew Wyeth.

Un cuadro con una "bonita" historia detrás. Chirstina´s World. El mundo de Cristina de Andrew Wyeth.


Pintor realista norteamericano. La obra está pintada con la técnica de témpera sobre madera y puede contemplarse en el Museo de arte Moderno de Nueva York.

El artista representa a una mujer tumbada en la hierba de una colina sin árboles y mirando hacia la lejana casa gris y el granero que se recortan en el horizonte.

La mujer se identifica con Christina Olson, una mujer que sufría una enfermedad degenerativa que se ha identificado como polio o el síndrome de Charcot–Marie–Tooth.

El artista se inspiró en su casa de veraneo, desde cuya ventana vio en una ocasión a la chica, con cuya familia tenía una buena relación de amistad.

La modelo que utilizó para el cuadro no fue la propia Christina Olson sino que utilizó a su mujer, Betsy Wyeth. A pesar de su aspecto la modelo en la que estaba inspirado el cuadro, Christina Olson, tenía por aquel entonces 55 años.

Sabemos que Cristina tenía la costumbre de dejar su silla y sentarse en la hierba separada unos metros de su casa que ella se encargaba de intentar recorrer con gran esfuerzo.

El título de la obra hace referencia a ese mundo de Cristina, pequeño por sus mermadas capacidades físicas, que el pintor se encarga de representar inmenso, como metáfora del esfuerzo que a ella le costaba recorrer esos pocos metros.

La casa representada -conocida como la Casa Olson- se conserva en la actualidad en la localidad de Cushing, estado de Maine y es considerada como un Monumento Histórico Nacional que ha sido debidamente restaurado, únicamente por aparecer en esta pintura.

Si comparamos la casa real con la que pintó el artista veremos ciertas diferencias como la separación del granero del edificio de la casa y unos cambios que realizó en la configuración del terreno.

El paisaje desolado, con una línea del horizonte extraordinariamente alta, subraya la pequeñez de la persona frente al entorno que la rodea gracias a la magnífica distribución de volúmenes y la incidencia de la luz.

La primera vez que se expuso el cuadro no se le prestó demasiada atención, aunque el entonces director del MoMA, Alfred Barr, la adquirió rápidamente.

Desde ese momento el director se encargó de darle fama y popularidad a un cuadro cuyo mito y popularidad crecía constantemente hasta llegar a convertirse en un icono del arte americano y una de las piezas clave del museo, pintado en una época en la que triunfaba el expresionismo abstracto de pintores como Pollock o Rothko.

                                                                                             Fuente Blog de Historia del Arte. Tuitearte.


Se aprende más viendo un cuadro, sabiendo su historia, conociendo a su autor y su obra que leyendo todas las revistas sobre fotografía en donde en dos páginas vemos "todo sobre composición".

En el texto cuando se dice: El paisaje desolado, con una línea del horizonte extraordinariamente alta, subraya la pequeñez de la persona frente al entorno que la rodea gracias a la magnífica distribución de volúmenes y la incidencia de la luz. 
Incluso yo me atrevería a añadir en referencia a los tonos grises (tristeza), y la postura forzada en donde trazamos una diagonal hacia la casa junto con el granero, obtenemos tres puntos que unidos nos resulta un triángulo cuyo vértice es la mujer. Un triángulo invertido, esto crea una cierta tensión porque no descansa sobre su base, lo hace sobre su vértice. Y es esa tensión que se ve reforzada con la postura de la modelo. Un cuadro con mucha expresividad.

Tenía la localización, buscaba ese terreno seco con la tierra cuarteada. Ya tengo la base, tengo una textura y tengo la modelo... Tengo la inspiración basada en la vida de Christina Olson reflejada en el cuadro que pintó Adrew Wyeth, una obra de arte. Ahora me falta unir las piezas y contar mi propia historia. Así nace Árida.


    


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